Estos días, nuestras chicas y chicos de Taller de fotografía están disfrutando con el descubrimiento de la fotografía argéntica.
Negativos, tanques de revelado, ácido acético, papel fotográfico o filtros multigrado son palabras que incorporan a su vocabulario, no sin algunas caras de extrañeza. Más allá de la inmediatez de los teléfonos inteligentes o de las cámaras digitales que ofrecen decenas de posibilidades en sus menús, en el laboratorio de blanco y negro trabajan sus fortalezas (creatividad, imaginación) y sus debilidades (sobre todo, la paciencia) y descubren una nueva manera de entender la fotografía. La magia y el secreto de unas técnicas que son ya casi bicentenarias les proporcionan la satisfacción de aprender algo que, por una vez, no está al alcance de todo el mundo.